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Microagresiones: Cómo detectarlas, manejarlas y proteger tu paz

Artículo de Jasmine Williams- 25 de febrero de 2021

Para los estudiantes

En un mundo ideal, la escuela y el lugar de trabajo serían espacios seguros para todos. Por desgracia, todavía no hemos llegado a ese punto, y las microagresiones perjudiciales se producen constantemente. Pero eso no significa que no puedas hacer algo al respecto. Sigue leyendo para conocer las herramientas que te ayudarán a identificar las microagresiones y a defenderte.

La escuela debería ser un lugar seguro para aprender, crecer y prepararse para el "mundo real". Pero a veces es el primer lugar donde experimentas situaciones que revelan los prejuicios de la gente.

 

Tal vez tu profesor te haya insultado o haya hecho comentarios sobre la lentitud de un compañero de clase. Tal vez alguien utilizó una palabra anticuada u ofensiva en una discusión de grupo. Estas situaciones pueden ser realmente incómodas, pero no tienes que desentenderte de ellas o ignorarlas.

 

Si crees que tu profesor o un compañero de clase te ha hecho sentir menos que nadie o te ha faltado al respeto de alguna manera, tienes derecho a hablar y abordarlo. Y, de hecho, este es un músculo muy bueno para fortalecer. Porque estas situaciones no sólo ocurren en la escuela. También ocurren en el trabajo.

 

Sin embargo, sabemos que estas situaciones pueden ser difíciles de manejar. Por eso, en este artículo, repasaremos ejemplos de momentos en los que podrías tener que defenderte a ti mismo o a otros, y te daremos herramientas para ayudarte a manejar estas interacciones.

Cómo identificar las microagresiones

Los ejemplos anteriores se denominan en realidad "microagresiones". Las microagresiones son comentarios, preguntas y acciones cotidianas que resultan perjudiciales porque perpetúan estereotipos negativos, normalmente sobre grupos marginados.

 

Las microagresiones ocurren todo el tiempo. Y aunque a menudo no tienen la intención de ser hirientes, pueden hacer que la gente se sienta insegura e incómoda. En el caso de las microagresiones, lo que importa es el impacto. Aunque el microagresor no haya querido ofender o herir los sentimientos de nadie, tienes todo el derecho a dirigirte a él.

 

Las microagresiones pueden parecer pequeñas o insignificantes en el momento, pero se acumulan y pueden hacer que las personas se sientan como si no pertenecieran. Es como si alguien te pinchara con fuerza y en el mismo punto del brazo una y otra vez. Un pinchazo puede no doler demasiado. Pero, con el tiempo, ese lugar se llena de moretones y cada pinchazo duele un poco más que el anterior.

¿Por qué es importante abogar por uno mismo?

No siempre es fácil hacerlo, pero responder a una microagresión y defenderte a ti mismo (o a otra persona) puede hacer mucho bien a todos.

 

Hablar puede ayudar al microagresor a entender el impacto de sus acciones y por qué fueron hirientes. También le da la oportunidad de disculparse y enmendar sus errores. Tus acciones podrían incluso suscitar un debate más amplio sobre la inclusividad o inspirar a tus compañeros a defenderse si se encuentran en situaciones similares.

 

Defenderte a ti mismo y a los demás es también una habilidad que puedes llevar contigo cuando entres en el lugar de trabajo. Por ejemplo, si alguna vez te encuentras en una situación en la que observas que tu jefe o tus compañeros de trabajo hacen comentarios ofensivos o irrespetuosos, tendrás la experiencia y los conocimientos necesarios para manejarlo con confianza.

Cómo manejar las microagresiones

Por supuesto, decir que es importante defenderse es una cosa. Pero, ¿cómo se maneja realmente una microagresión en el momento?

 

Supongamos que acabas de presenciar cómo alguien dice (o hace) algo ofensivo. Lo primero es pensar en tu seguridad. La gente puede ponerse a la defensiva o incluso combatir cuando se le enfrenta, así que antes de dirigirte a la persona, tómate unos minutos para pensar qué puedes hacer para protegerte.

 

¿Puedes grabar tu conversación con el microagresor o hacer capturas de pantalla de la ventana de chat donde aparecieron los comentarios? Las pruebas pueden ser valiosas si tienes que informar del incidente a un superior. Además, asegúrate de que puedes abandonar la situación de forma segura si se pone demasiado tensa.

 

Por último, ¿tienes a alguien cerca -un familiar, un amigo o un mentor- que pueda reconfortarte o darte un poco de espacio para reflexionar después de terminar tu conversación? Defenderte a ti mismo puede ser estresante y agotador, pero hablar con personas de confianza puede ayudarte a sobrellevarlo.

 

Ten en cuenta que no tienes que responder a todas las microagresiones que experimentes (más adelante hablaremos de ello). Pero si has decidido que te sientes lo suficientemente seguro como para enfrentarte al microagresor, respira y llama a la persona a un lado o abre un chat de mensaje directo con ella. Una vez que tengas su atención, reafirma lo que la persona hizo o dijo. Puedes utilizar una frase sencilla como: "Creo que te he oído/visto(parafraseando el comentario/comportamiento). ¿Es correcto?"

 

A partir de ahí, puedes utilizar las siguientes tácticas:

 

Pida más aclaraciones: "¿Podría decir más sobre lo que quiere decir con eso?" "¿Cómo ha llegado a pensar eso?"

 

Separe la intención del impacto: "Sé que no te has dado cuenta, pero cuando(comentario/comportamiento), fue hiriente/ofensivo porque (explicar el impacto). En su lugar, podrías (esbozarun lenguaje o comportamiento diferente.)"

 

Comparta su proceso: "Me he dado cuenta de que(describe el comentario/comportamiento). Yo también solía hacer/decir eso, pero luego aprendí (describael nuevo proceso)".

 

A lo largo de la conversación, intenta centrarte en la microagresión en sí, no en el microagresor. Esto ayudará a que el agresor no se sienta atacado, por lo que estará más abierto al diálogo.

Cómo prepararse para las diferentes reacciones a sus acciones

Las microagresiones son un tema delicado. Dado que a menudo son el resultado de prejuicios y privilegios inconscientes, las personas pueden tener dificultades para entender cómo o por qué lo que están haciendo es hiriente. Por desgracia, no siempre responderán como tú quieres, así que es bueno estar preparado.

 

 

Estas son algunas de las reacciones más comunes que puedes recibir cuando te enfrentas a un microagresor:

 

Hostilidad. Si el microagresor se enfada o se pone agresivo, asegúrate de tener un plan de salida para abandonar la conversación o el espacio de forma segura.

 

A la defensiva. No todo el mundo verá la situación desde su punto de vista. Recuerda ceñirte a tus puntos, centrarte en la acción y su impacto, y hacer todo lo posible por mantener la calma mientras explicas tu versión. Si te sientes emocionado o abrumado, no pasa nada por interrumpir la conversación y volver a ella más tarde.

 

Despectivo. La persona puede tratar de reírse de lo sucedido e intentar hacer ver que sus acciones no eran para tanto. En este caso, recuérdale el impacto de sus comentarios o su comportamiento y, dependiendo de tu nivel de comodidad, puedes intentar empujarle a tener una conversación más profunda.

 

Apología. Cuando nos enfrentamos a nuestros propios privilegios, a veces reaccionamos centrando nuestra propia vergüenza y culpa. Debes saber que no tienes que aceptar una disculpa, especialmente si parece poco sincera; no es tu trabajo hacer que nadie se sienta mejor. Podrías compartir otros recursos con el microagresor (pero, de nuevo, no te sientas obligado a hacerlo).

 

Dependiendo de la reacción que obtengas, puedes optar por

  • Vuelve a tratar el tema con ellos más adelante,
  • Elevar el problema y notificarlo a una instancia superior (como un jefe de departamento o el director), o
  • Acepta el resultadoaunque no sea el que esperabas, y toma una decisión sobre cómo te gustaría manejar esta clase, compañero o profesor en el futuro. Por ejemplo, puedes cambiar de clase o evitar interactuar con esa persona si sigue haciéndote sentir incómodo.

"¿Y si no quiero responder a una microagresión?"

Hay que tener mucho valor para llamar la atención o denunciar a alguien que te está faltando al respeto, así que debes saber que está bien elegir tus batallas.

 

Si no te sientes cómodo defendiéndote en el momento, puedes tomar algunas notas sobre lo que se dijo o hizo, junto con la fecha, la hora y otros detalles cruciales. De este modo, tendrás algunas pruebas que podrás consultar si decides que quieres hablar con la persona más adelante.

 

Además, debes saber que no tienes que hablar en nombre de toda tu raza, género, capacidad u orientación. Por ejemplo, si alguien te pide que le enseñes por qué sus comentarios o acciones han sido irrespetuosos, no tienes por qué enfrentarte a ellos. Puedes enviarles enlaces a artículos educativos o simplemente optar por no responder.

Reflexiones finales

En un mundo ideal, todos podríamos estudiar y trabajar en lugares donde nos sintiéramos inmediatamente vistos, escuchados y comprendidos. Aunque (con suerte) no tendrás que enfrentarte a las microagresiones allá donde vayas, saber cómo afrontarlas puede ayudarte a protegerte.

 

Tienes que enseñar a la gente a tratarte, y eso empieza por establecer límites y defenderte cuando la gente los sobrepasa. Aunque las primeras veces que hables por ti mismo pueden ser angustiosas, cuanto más lo hagas, más fácil te resultará.

 

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